Queda prohibido ver películas románticas en las que la chica y el chico se reconcilian y acaban siendo felices y comiendo perdices. Recuerda: el cine es pura ficción.

 

Para superar una ruptura amorosa, lo primero es romper con el pasado. Literalmente, borra todos los SMS y todos los correos electrónicos, guarda las fotos en un lugar donde no puedas encontrarlas accidentalmente y tira todos los recuerdos y sus objetos personales o haz una subasta pública.

 

A estas alturas ya debes saber que el enamoramiento es una adicción… Tienes que desengancharte totalmente.

No conserves ningún lazo con él; es preciso que le dejes de ver y que no le llames. Si no, eternizarás el dolor y puedes caer en un desesperante estado de falsas esperanzas.
Frases como “podemos ser amigos” son sólo un cliché. Ahora no podéis ser amigos. De hecho, no podéis ser nada.

Si quieres superar una ruptura amorosa, no te tortures pensando en los buenos momentos y en lo que pudo ser y no fue. Si piensas en el pasado, le idealizarás y puedes caer en llamarle para rogarle que te dé una oportunidad.

Se ha acabado. Cualquier tentativa por recuperarle no será romántica sino patética y dolorosa. ¿Quién querría volver con un saco de lloros?
Poco a poco nuestra mente se acostumbrará a la ruptura amorosa y a no recibir las dosis de enamoramiento que nos han convertido en adictas.

 

Puedes permitirte una sesión con tus amigas en la que os dediquéis a criticar despiadadamente al hombre que te ha destrozado el corazón. Sólo una: más sería obsesión.
Si una amiga no se muestra lo suficientemente corrosiva, olvídala también.

 

Enchúfate a la vida y sigue jugando… Estar triste es normal, pero tienes que evitar caer en la depresión. Duerme, come bien –aunque no tengas hambre-, sal y haz deporte.
Saldrás adelante. Tu caso no es raro: todas hemos pasado por una ruptura amorosa devastadora de la que hemos pensado que nunca nos recuperaríamos.

No intentes instalarte un programa de “seguimiento de ex” para saber qué hace o con quién; no te inocules un troyano que te lleve a torturarte sobre tu desgracia y sobre las razones de tú ruptura y no sustituyas a tu ex por un clónico que puede parecer muy accesible y deseable pero, en términos de relaciones, no es más que una pálida copia.

 

¿Tienes tentaciones de escribirle un correo o de llamarle para decirte lo mal que se portó contigo? Olvídalo, es una pésima idea y un autoengaño para seguir en contacto con él. Jamás reconocerá sus errores y cuando cuelgues te sentirás desolada y vacía.
Si sientes deseos de recriminarle, como mucho puedes escribir una carta y luego quemarla.

Apúntate a un curso de baile o realiza todas las actividades que te apetezcan. Date algún capricho: un masaje, una tarde en un spa, ese bombón que siempre quisiste probar y estaba prohibido porque estabas en pareja…

 

Si no funciono la primera vez, esta vez no será diferente. Es tu adicción a los sentimientos que despertó en ti la que quiere volver con él…
Si tienes tentaciones de hacer un “return” hacia él, recuerda por qué la relación de pareja no funcionaba y pásate en cámara lenta vuestros peores momentos.

¡Felicidades! Estás camino de recuperarte y en el inicio de una nueva vida. Hay un mundo de hombres maravillosos –y complicados- esperando a que estés lista.